BENEDICTO XVI: MENSAJE DEL SANTO PADRE AL DIRECTOR GENERAL DE LA FAO CON MOTIVO DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA ALIMENTACION

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grano.jpg “…Debemos constatar que los esfuerzos realizados hasta ahora no parecen haber disminuido significativamente el número de hambrientos en el mundo, a pesar de que todos reconocen que la alimentació n es u n derecho primario. Esto es debido quizás a que se tiende a actuar motivados, sólo o principalmente, por consideraciones técnicas y económicas, olvidando la prioridad de la dimensión ética del “dar de comer a los hambrientos”. Esta prioridad atañe al sentimiento de compasión y solidaridad propio del ser humano, que lleva a compartir unos con otros no sólo los bienes materiales, sino el amor del que todos tenemos necesidad. Efectivamente, damos demasiado poco si sólo ofrecemos cosas materiales. Los datos disponibles muestran que el incumplimiento del derecho a la alimentación se debe no sólo a causas de tipo natural sino, sobre todo, a situaciones provocadas por el comportamiento de los hombres y que desembocan en un deterioro general de tipo social, económico y humano. Cada vez son más numerosas las personas que, a causa de la pobreza o de conflictos sangrientos, se ven obligadas a dejar sus casas y sus seres queridos para buscar sustento fuera de su tierra. No obstante los compromisos internacionales, muchas de ellas son rechazadas.

Es necesario, por tanto, que madure entre los miembros de la Comunidad de las Naciones una conciencia solidaria que considere la alimentación como un derecho universal de todos los seres humanos, sin distinciones ni discriminaciones.

El objetivo de erradicar el hambre y, al mismo tiempo, contar con una alimentación sana y suficiente, requiere también métodos y acciones específicas que permitan una explotación de los recursos que respete el patrimonio de la creación. Trabajar en esta dirección es una prioridad que conlleva no sólo beneficiarse de los resultados de la ciencia, de la investigación y de las tecnologías, sino tener también en cuenta los ciclos y el ritmo de la naturaleza conocidos por la gente de zonas rurales, así como proteger los usos tradicionales de las comunidades indígenas, dejando a un lado razones egoístas y exclusivamente económicas…”

Vaticano, 4 ottobre 2007 (dal sito: www.vatican.va)

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